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sábado, enero 21, 2006

"Yo me opongo a los intelectuales"

Entrevista a Noam Chomsky:

Dicen que después de la Biblia, Shakespeare y Marx, Noam Chomsky es la persona más citada del planeta. Y es muy probable que así sea. Basta con entrar a un buscador de internet e ingresar su nombre, y el resultado supera con creces los doscientos mil aciertos. Más revelador aún es rastrearlo como autor en alguna biblioteca universitaria. Sus libros están por todas partes, en varias secciones, pues tratan de temas diversos: lingüística, matemáticas, filosofía política.

A sus 73 años, Chomsky es una verdadera institución. Así es como, por ejemplo, para todo estudiante de lengua y literatura, la sola mención de este intelectual despierta el recuerdo de la llamada lingüística generativa transformacional, que tiene su origen en un libro suyo que comenzó una revolución en el área: Estructuras sintácticas (1957). Este profesor del Massachusetts Institute of Technology es catalogado, y con buenas razones, como el padre de la lingüística moderna.

Pero Chomsky también es conocido, y mucho, por sus opiniones políticas. Y es querido y odiado por esta faceta. Todo con pasión. Él es un intelectual universalista y un paladín de los oprimidos por el poder (fundamentalmente norteamericano); una voz que, para bien o para mal, se hace escuchar y que sorprende por el grado de agudeza e información que maneja.

- Profesor, su nombre y su trabajo tienen algo de esquizofrénico. Existe el Chomsky lingüista y el Chomsky activista político. Los dos son muy fuertes e incluso pareciera que a veces están en pugna. ¿Cómo logra conciliar estas dos imágenes?

"No puedo. Tengo dos carreras de tiempo completo y no las he logrado conciliar" - responde con inusual concisión, mientras mira con abatimiento unos cien libros de todo tipo que se encuentran apilados sobre su escritorio y que esperan ser leídos. Debe leer entre travesías y conferencias. Viene llegando de un viaje bastante audaz por el sur de Colombia, en donde se interiorizó del dilema de la guerrilla. Antes estuvo al sur de Turquía, donde fue invitado a un importante juicio que allí se realiza sobre las atrocidades cometidas en contra de la resistencia kurda. Antes de eso estuvo como expositor en el Foro Social Mundial en Porto Alegre. Y así suma y sigue. Chomsky parece no tener intenciones de bajar el ritmo. Y se lo ve bien. Demasiado bien.

- Richard Posner en su libro "Public Intellectuals" habla de un proceso de popularización por parte de los académicos, especialmente cuando comienzan a hablar de política contingente. ¿No ha habido algo de eso en su caso?

"Mi evolución es exactamente la contraria. Yo fui mucho más políticamente activo antes de ser conocido como lingüista. El primer artículo que escribí lo recuerdo perfectamente porque fue en febrero de 1939, con ocasión de la caída de Barcelona. Fue un artículo sobre el auge y peligro del fascismo. Yo tenía entonces diez años, por lo que probablemente no se trató de un artículo muy profundo - ríe Chomsky con expresión algo tímida en el rostro. Desde la niñez estuve involucrado en política. Fue mucho después que me incliné hacia lo académico, cuando ya enseñaba aquí en el MIT. En cuanto a Posner y su libro, es interesante porque es absolutamente idiota..."

- ¿Idiota?

"Sí, y vergonzoso por lo irracional. Lo leí por curiosidad, pero hay que decir que Posner no sabe nada, es un ignorante, sus argumentos son infantiles. Tomemos por ejemplo sus dichos sobre mí. Posner habla sobre un libro que él cree que yo escribí sobre Kosovo, llamado The New Military Humanism (1999), que es, en realidad, y como indica el título, sobre el nuevo humanismo militar. Es sobre el supuesto giro que experimentan las naciones poderosas durante fines de los años '90, desde los intereses particulares hacia valores universales, con la consiguiente cuota de autoadulación y autocomplacencia. En un capítulo denominado "Evaluando las intenciones humanitarias" investigo y pongo a prueba esta idea. Y Kosovo es por cierto uno de los eventos dignos de analizar. Pues bien, según Posner, ahí yo estaría evadiendo el problema central, evadiendo el problema que plantea su propia pregunta. Y la pregunta es si acaso los bombardeos en Serbia fueron "humanitarios". Interesante pregunta, pero no es el problema sobre el que estoy hablando. De hecho, para mí esa pregunta, y lo digo en el libro, es una pregunta abierta, aunque las atrocidades cada vez más divulgadas parecen indicar que esta acción es cualquier cosa menos un ejemplo humanitario. El libro es sobre un asunto mucho más amplio e importante: sobre el mentado movimiento humanitario que estaría cundiendo en Occidente. Pero Posner es incapaz de percibir esto. Él está tan sumergido en su fanatismo ideológico, que la única pregunta que permite que se haga es acerca de los crímenes de otros. Y si yo le replico que ése no es mi tema, que estoy hablando de mis propios crímenes, él no es capaz de entender, sólo atina a decir que uno está "evadiendo el problema". Esa manera de pensar es peor que el estalinismo. Ni siquiera los peores comisarios, que es el nombre occidental para los intelectuales respetados de la desaparecida Unión Soviética, llegaban a estos extremos de fanatismo ideológico. Y Public Intellectuals está lleno de procedimientos como éste".

"Es cierto que a lo largo del libro hay comentarios acerca de por qué los intelectuales públicos hacen lo que hacen, pero, ¿quiénes son los intelectuales públicos? Sólo personas que a Posner no le gustan, que no pertenecen a su clase, la clase que apoya el poder, la violencia de Estado, las tiranías particulares; es decir, la ideología oficial que está detrás del sistema, su sistema. Su actitud es infantil. Y sus argumentos, ridículos".

- ¿Y qué opina acerca de la idea de que la creciente especialización y auge de las universidades estaría empobreciendo la labor pública de los intelectuales?

"Eso no es lo que está pasando. Lo que sí pasó fue que durante los años '50 y '60 las universidades se expandieron enormemente y comenzaron a ofrecer oportunidades académicas a personas que antes vivían escribiendo para revistas como The New Yorker. Fue así como por ejemplo Irving Howe ingresó a la academia. Pero este proceso no derivó en una mayor especialización; Howe no se hizo más especialista una vez que ingresó a Brandeis University".

- Posner lo cataloga a usted de "anarcopacifista". Le cito: "El compromiso de Chomsky con este credo - que él trata como evidentemente correcto, por lo que ni siquiera intenta defenderlo- ilustra el muy habitual error de los intelectuales públicos de confundir la política con la ética personal..."

"No creo que él sepa lo que significa el anarquismo. Mire, éste es un típico error de Posner. ¡Ni siquiera soy pacifista! Pero a él no le importa, porque como cualquiera que habla desde la clase de los comisarios, él se siente con el derecho de decir cualquier cosa. Lo que usted acaba de citar, ¿quiere acaso decir que los ciudadanos norteamericanos, pertenecientes a un sistema democrático, no tenemos derecho a objetar que nuestro gobierno esté cometiendo atrocidades? Así, por ejemplo, si el gobierno norteamericano está apoyando la tortura en Chile o crímenes en Turquía o Colombia, ¿acaso yo no puedo objetar? Afirmar eso es atroz, además que es de un nivel intelectual muy pobre".

- ¿A su juicio, voces como las de Posner cobran mayor fuerza durante gobiernos del Partido Republicano?

"No lo creo. Son un estándar. Pero déjeme darle otro ejemplo. Acaba de aparecer un artículo en la página editorial en The New York Times, un texto muy agudo de un muy buen economista, Paul Krugman, en donde se comparan un par de políticas de la actual administración Bush: Primero, la negativa a incorporarse a una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud por diez mil millones de dólares anuales destinada a ir en ayuda de países en extrema pobreza con medicinas, iniciativa que, está demostrado, habría salvado a una cantidad enorme de vidas. Simultáneamente a lo anterior, se tomó la medida de reducir los ingresos fiscales en veinte mil millones por concepto de disminución de impuestos para un par de miles de personas extremadamente ricas; es decir, el doble del monto que habría ido en ayuda de cientos de miles de personas. Es un deber de los ciudadanos en países democráticos involucrarse en las políticas por las cuales su Estado es responsable. Si esto ofende a Posner es su problema. Si él quiere ser un clon estalinista es su opción".

- ¿Pero qué sucede con la falta de filtros que existiría en las apariciones públicas de los intelectuales de renombre?

"Esos filtros de los que habla Posner existen sólo en la mente de los fanáticos. Mire mi propia área de estudio, la lingüística. Es un hecho que los mejores lingüistas contemporáneos son personas que nunca han tomado un curso de lingüística: son matemáticos o físicos. ¿A alguien le importa esto? ¿A alguien se le va a pasar por la cabeza que estas personas no tienen derecho a escribir sobre lingüística porque no tienen un grado académico en el área? Hay que estar enfermo para siquiera insinuar eso. De hecho, yo mismo tengo una credencial muy limitada en lingüística. Y por eso, muchos años atrás yo no podría haber sido aceptado en ninguna universidad decente en el área de lingüística, es cierto... ¿Por qué cree que enseño aquí en el MIT, en la facultad de ingeniería y ciencias? Porque cuando finalicé la universidad, al no tener las credenciales necesarias para ingresar directamente a lo que me interesaba, acepté un puesto en un laboratorio de electrónica. Pero no importaba, la gente que me contrató sólo estaba interesada en el trabajo, en la calidad de mi trabajo, no en las credenciales. Así es como funciona la ciencia. Pero claro, cuando se trata de asuntos públicos, sobre los cuales todos tenemos derecho a opinar, entonces personas como Posner se enfurecen porque estaríamos hablando fuera de nuestra especialidad. Esa es una actitud extrema en donde lo que se pretende es que la única opción pública sea la del partido".

Opiniones Seculares

- Es cuando usted identifica dicha actitud como propia de "sacerdotes seculares", ¿no?

"Esa es una expresión muy interesante. Pero no es mía, pertenece a Isaiah Berlin. Él se refería a esto mismo, a los comisarios de la Unión Soviética. Mire. Posner está en lo correcto cuando señala que yo y otros aplicamos la ética personal a asuntos públicos. Eso es precisamente lo que hay que hacer, es un principio muy simple pero fundamental que está en los Evangelios. De hecho, en los Evangelios también encontramos la definición del hipócrita: alguien que aplica a los vecinos unos estándares valóricos diferentes a los propios. Gente como Posner se enoja porque yo no me hago hipócrita. Las personas como Posner son nuestros "curas seculares"".

- Usted estará de acuerdo con Edward Said en que el intelectual debe erigirse como una figura más bien marginal, ¿no? Es decir, usted mismo parece encarnar esta figura...

"No. Mis opiniones son compartidas por la mayoría de la población, no son marginales. Los que se oponen a ellas son los intelectuales. Yo me opongo a los intelectuales. La opinión de los intelectuales y la de la opinión pública son diametralmente opuestas, cosa que sabemos muy bien en los Estados Unidos por la gran cantidad de encuestas de opinión que existen. Cuando hablo acerca de las falencias de la globalización como la entienden los grandes conglomerados económicos; o cuando hablo acerca del conflicto de Medio Oriente y de las monstruosidades del gobierno norteamericano al respecto, me opongo a la clase intelectual, no a la opinión pública".

- ¿Una figura marginal respecto del poder, al menos?

"Ah, eso sí, de todas maneras. Si se es honesto, inevitablemente uno termina en los márgenes del poder".

- Y según usted la mayoría de los intelectuales no serían más que "administradores de ideología"...

"Exacto. El noventa y nueve por ciento de los intelectuales son administradores de ideología y los pocos que no se alinean con la mayoría son tratados muy mal. Mire la historia. Mire a la Biblia y los profetas. Profetas es una mala traducción de una oscura palabra hebrea muy cercana a lo que hoy entendemos por intelectuales. ¿Y qué es lo que hacían estos profetas? Hacían análisis políticos, establecían principios morales, comunicaban a la gente sus opiniones respecto a las medidas de las autoridades, medidas que podían derivar en desastres, incluso internacionales. Ellos eran muy respetados; fue cientos de años más tarde cuando comenzaron a ser condenados y llamados falsos profetas. Y esta es una constante en los intelectuales. Es lo que sucedió durante la Primera Guerra Mundial: prácticamente todos se alinearon apasionadamente con uno de los dos bandos. Sólo hubo algunas excepciones, muy pocas, que terminaron en la cárcel. Como Bertrand Russell. Y no es el "rol del intelectual" el ser oposicional o marginal a la manera de Russell. Es la simple constatación de que si se dice la verdad en asuntos de importancia, entonces, típicamente, uno se está oponiendo al poder".

Guerra "de" Terrorismo.

- Durante estos casi nueve meses desde que sucedieron los ataques terroristas en contra de Estados Unidos, usted ha estado muy preocupado de la retórica que se ha venido utilizando, especialmente con expresiones como "guerra contra el terrorismo. ¿Me podría decir por qué?

"Porque esa frase es un recurso propagandístico. Primero, ¿de dónde viene la palabra "terror"? Este debiera ser un concepto bastante difícil de aprehender, pero lo cierto es que yo he estado regularmente escribiendo sobre la "guerra contra el terrorismo" ya por veinte años, desde que la administración Reagan la declaró en 1981. No fue inventada el 11 de septiembre recién pasado. El gobierno de Reagan en aquel entonces anunció que la guerra contra el terrorismo iba a ser un asunto central en su agenda, una prioridad. Y en efecto lo fue en su propia política de terrorismo internacional llevada a cabo, primero en Centroamérica y luego en Medio Oriente. La misma gente que trabajó para Reagan en dicha prioridad es la que hoy está detrás de este tipo de retóricas, como Donald Rumsfeld - actual Secretario de Defensa- , en aquel entonces enviado especial del gobierno para Medio Oriente... ¿Cómo peleó la administración Reagan la "guerra contra el terrorismo"? Bueno, organizando una de las peores atrocidades terroristas de la historia moderna, ¡y ellos están orgullosos! Una muestra: la prestigiosa School for the Americas enseña con jactancia que las fuerzas armadas norteamericanas derrotaron a la Teología de la Liberación. Esto es correcto, sucedió durante el gobierno de Reagan. Gran "logro". Es una barbaridad. Durante la década del '80 la "guerra contra el terrorismo" fue una guerra "de" terrorismo. Hoy pasa lo mismo. Pero no hay que sorprenderse. Tenemos gobernando a la misma gente, a la misma ideología".

- ¿Qué opina de las reacciones a los atentados de la prensa en el mundo occidental?

"No he leído últimamente la prensa chilena, pero es muy interesante la reacción de la prensa no estadounidense y especialmente la de países latinoamericanos. Lo sucedido el 11 de septiembre del año pasado fue algo denunciado como un crimen horrible por todos, pero en otros países - no en Estados Unidos- lo que se nos ha estado diciendo es: "Ustedes deberían estar familiarizados con esto, pues es lo que nos hacen a nosotros todo el tiempo". Le doy un caso: Un columnista panameño, después de condenar lo sucedido, recordó que cuando Bush - padre- invadió Panamá durante los últimos días de 1989, en el barrio El Chorrillo una sola bomba mató más de dos mil personas".

"Esta es la primera vez desde la guerra de 1812 que el territorio de Estados Unidos es atacado (Pearl Harbor no puede ser tomado en cuenta porque se trataba de una colonia). En otras palabras, esta es la primera vez en que el objetivo de los ataques se ha invertido. A pesar de que muchísima gente conoce y entiende esta realidad, en Estados Unidos este tipo de opiniones intenta ser acallada".

- ¿Por quién o quiénes?

"Por los intelectuales, por gente como Posner. Su trabajo es hacer callar a la gente. Si usted lee la prensa aquí, se va a dar cuenta que después del 11 la disensión se ha acabado. Con decirle que hoy en día el New York Times no me permite publicar ni siquiera una carta de cinco líneas sobre el tema. Todos se declaran "patriotas". Lo cierto es que es exactamente a la inversa, y ellos, los que están en el poder, lo saben."

Economía: Chile según "Noam".

- Una pregunta acerca de Chile. Nuestro país acaba de firmar un Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea y está negociando un acuerdo similar con los Estados Unidos. Usted ha sido un abierto opositor a este tipo de tratados. ¿Por qué?

"Antes que nada, esos no son tratados de "libre" comercio. Este término pertenece al tipo de propaganda que hablábamos hace un momento. Los medios de comunicación económicos son mucho más honestos: el Wall Street Journal los llama "tratados de inversión libre". Y es cierto porque tienen cláusulas altamente proteccionistas. La verdad es que todo gobierno que firma un tratado de este tipo, incluyendo a los Estados Unidos y a Chile, se opone a los principios del mercado..."

- Pero parece haber consenso en que el buen estado de la economía chilena se debe precisamente...

"El buen estado de la economía chilena está basado fundamentalmente en la industria cuprífera, en Codelco, negocio que está en oposición radical a los principios de libre comercio. En Chile hubo un experimento de libre comercio hacia mediados de los años '70 y fue un desastre total. Después de la catástrofe de 1982 el gobierno desplazó a buena parte del capital privado y el Estado comenzó a controlar la economía, incluso más que durante el gobierno de Allende. Después de eso, la opción fue más bien mixta. En resumen, los tratados de libre comercio son una mezcla de liberalización y proteccionismo diseñados para el beneficio de los capitales financieros, inversionistas y otros".

Chomsky no para. Con tono seguro afirma que la política en Chile era mucho más vibrante y vital en los años '60 de lo que es ahora; que el neoliberalismo en Latinoamérica socavó los cimientos de la democracia; que la mayor parte de las economías de la región, a diferencia de las economías emergentes de Asia, están fuera de control. Pero no queda tiempo para profundizar en estos temas. Tocan la puerta de su despacho. Un alumno que lo trata simplemente de "Noam" lo está esperando y le ofrece ir a comerse un sándwich.

Periodista:
* CRISTÓBAL ALLIENDE PIWONKA. Desde Boston.

miércoles, enero 11, 2006

El día que U2 tocó por primera vez en "el fin del mundo".


A horas del inicio de la venta vía telefónica e internet de las entradas para el recital del 26 de febrero Cooperativa.cl revive el show que la banda irlandesa ofreció en Chile en 1998.

Por Gonzalo Rodríguez



El 11 de febrero de 1998 la espera de años de miles de fanáticos chilenos de U2 llegó a su fin y pudieron disfrutar en vivo del álbum "Pop", así como de los temas clásicos de la banda irlandesa.

Como era de esperar un repleto Estadio Nacional recibió al cuarteto que acababa de presentarse en Brasil y Argentina, en el marco de su gira Pop Mart Tour.

U2 escogió el tema instrumental que compusieron para la banda sonora de la cinta "Misión imposible" (1996) para abrir su primer show en Chile, que incluyó la interpretación de 25 temas por espacio de casi dos horas.

La jornada prosiguió con las electrónicas canciones "Pop muzik" y "Mofo", todo ello acompañado por la emisión de imágenes por una pantalla de 17 por 52 metros, un símbolo muy parecido a McDonald's y la camiseta con músculos impresos que lució el vocalista Bono.

Por esos días U2 se encontraba inmerso en una fuerte crítica a la sociedad de consumo y ese fue uno de los conceptos que dominó en la primera perfomance del grupo irlandés en Chile.

Haciendo gala de su habitual histrionismo y capacidad de comunicación con el público, Bono se ganó rápidamente a los presentes en el recinto deportivo, saludando en español y echando mano a modismos tan chilenos como "cachai" o "buena onda".

Sin embargo, no fue sino hasta el sexto tema de la noche cuando se desató la euforia del público. "Viva Santiago, vivan los chilenos, viva el futuro, el futuro", gritó el cantante, mientras los gritos caían desde todos lados del Estadio Nacional, en medio de los primeros acordes de "Even better than de real thing".

Lo mismo ocurrió más adelante cuando en un dificultoso español Bono señaló "realmente U2 en el fin del mundo. Gracias por esperarnos, nosotros también los esperamos", para posteriormente entonar "Until the end of the world".

En el recital también hubo cabida para una sección acústica en la cual Bono y el guitarrista The Edge presentaron los temas "Staring at the sun" y "Sunday bloody sunday", premunidos de sendas guitarras. Ambos temas tuvieron sus respectivas dedicatorias.

El primero al premio Nobel de Literatura Pablo Neruda –cuya casa de Isla Negra había sido visitada por el líder de U2 en días anteriores- y el segundo a Víctor Jara y su viuda Joan, quien había sido recibida por la banda en la previa del concierto, al igual que la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.

Fue una pausa de dentro de un evento en el que los irlandeses echaron mano a una inmensa parafernalia tecnológica que se ve vio coronada cuando se proyectaron por la pantalla gigante los dos goles marcados ese día por Marcelo Salas en un encuentro de fútbol amistoso ante la selección de fútbol inglesa en Londres.

Una introducción grabada de la canción "Lemon" fue la previa al instante en que un limón gigante de espejos se desplazó hacia un escenario mucho más cercano al público, y desde el cual emergieron los cuatro integrantes del grupo, ataviados con camisetas de la selección chilena, salvo Bono.

"Discotheque", "If you wear that velvet dress", "Whith or without you" y Misterious ways" fueron algunas de las canciones escogidas para esta parte del recital. Pero todavía restaba un momento de emotividad como fue el instante en el que aparecieron un grupo de integrantes de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, cada una portando un cartel con el rostro de un desaparecido y la frase ¿Dónde están?.

En ese momento Bono se dirigió al ex dictador Augusto Pinochet y lo conminó a entregar el paradero de las víctimas de la represión política con la frase "¿señor Pinochet. Dónde están los hijos de estas madres? Sólo una cosa, dígales dónde están sus hijos para que puedan enterrarlos y decirles adiós y que Chile pueda decirle adiós a su pasado".

Una rechifla de reprobación fue lo primero que se hizo sentir en el Estadio Nacional por parte de quienes consideraron que la música no debía mezclarse con la política. Sin embargo, el grueso del público terminó por acallar esta rechifla con aplausos que emergieron desde todos lados del principal recinto deportivo del país.

Ese instante fue aprovechado por Bono para dedicar al concierto a cada uno de los desaparecidos que fueron nombrados por sus familiares. Con "One" y "Mothers of the disappeared" y la frase "el pueblo vencerá", el cantante despidió el debut de U2 en Chile.

Datos de la jornada

* El concierto tuvo como grupo telonero a Santa Locura, que ganó dos millones de pesos de la época por interpretar cinco temas.
* Entre los asistentes al evento –según consignó la prensa- estuvieron los músicos Pablo Ugarte, de UPA!; Alvaro Henríquez; y el entonces ministro Ricardo Lagos Escobar, actual Presidente de la República.
* Pese a toda la tecnología disponible, igualmente hubo problemas de sonido, ya que durante los primeros temas del concierto la banda se escuchó algo saturada en algunos sectores del estadio y el bajo de Adam Clayton prevalecía por sobre la voz de Bono.
* La transmisión televisiva en directo de TVN fue superada por la emisión de Mega del Festival de la Canción de Viña del Mar, que tuvo al mexicano Juan Gabriel en la obertura. Cerca de la medianoche el canal público marcaba 10,4 puntos frente a los 40,3 de Mega, cifra que se elevó a 60 en los 10 minutos siguientes al fin de la presentación de U2 en Chile.

Venta de entradas para el recital del 26 de febrero

Desde las 23:00 horas de este 11 de enero estará habilitado el teléfono 600 462 6000 disponible las 24 horas del día, y el sitio Ripley.cl en el que se podrán adquirir las localidades no numeradas para el concierto del 26 de febrero próximo.

El jueves 12 en 10 tiendas Ripley estarán disponibles el resto de los boletos, que pueden ser comprados hasta en 36 cuotas en el caso de los clientes que cuentan con la tarjeta de la multitienda.

Los locales están ubicados en Alto Las Condes, Parque Arauco, Plaza Norte, Florida Center, Plaza Oeste, Galería Imperio, Marina Arauco, Plaza Sucre y Plaza Tobalaba con valores que van entre los 18.000 y los 175.000 pesos. (Cooperativa)

sábado, enero 07, 2006

Ritalin en el banquillo

Se dispara prescripción de la llamada píldora de la obediencia, derivado anfetamínico y considerado un estupefaciente, el metilfenidato -componente básico del Ritalin- es un sicoestimulante que actúa sobre el sistema nervioso central. La definición química sobrecoge a sus detractores que, pasmados ven como su consumo se ha triplicado en los últimos años. Sus defensores juran que la pastilla evita futuras personas torcidas.

Cecile Prieur

En Estados Unidos el tratamiento de la hiperactividad está invadiendo los patios de las escuelas. En Francia ha hecho una entrada discreta pero real en las farmacias escolares. Comercializado bajo los nombres Ritalin y Concerta, el metilfenidato, la cápsula recetada para el tratamiento de la hiperactividad de los niños ha triplicado su consumo en cuatro años a pesar de las condiciones de prescripción que buscan limitar su administración sólo a los casos más severos.

Según cifras obtenidas por “Le Monde”, en 2004 se entregaron bajo receta 171.276 cajas de Ritalin y Concerta en Francia, contra 107.095 en el año 2002 y 53.488 en el año 2000. Cinco años antes eran 2.500. Año tras año el Ritalin sale de la confidencialidad, señal de una medicalización creciente del sufrimiento síquico de los niños.

Derivado anfetamínico clasificado en el cuadro de los estupefacientes, el metilfenidato es un sicoestimulante que actúa sobre el sistema nervioso central. Indicado para el tratamiento del déficit atencional, con o sin hiperactividad en niños mayores de 6 años, tiene como propiedad ayudar a los jóvenes pacientes a centrar mejor su atención, lo que le ha valido el sobrenombre de “píldora de la obediencia”.

Eficaz en el 70% de los casos y generalmente bien tolerado por los jóvenes pacientes, el Ritalin estuvo en un comienzo reservado a los casos de hiperactividad más invalidantes. Pero poco a poco la cápsula se popularizó, debido a numerosos reportajes de sus posibles bondades.

Una prueba de que el medicamento se trivializa está en que los dos laboratorios que comercializan el metilfenidato, Novartis con el Ritalin y Janssen-Cilag para el Concerta, por largo tiempo discretos respecto de la cápsula, comenzaron a promocionarla entre los médicos en 2003, tras la aparición de comprimidos de acción prolongada que facilitan la ingesta. Pero el volumen de prescripciones se ha ampliado menos por la influencia de los laboratorios que por la demanda de los padres y profesores.

En la actualidad, el Ritalin es administrado a niños que presentan problemas de aprendizaje, en el caso de autismo o de una enfermedad genética como el síndrome de la X frágil, pero también a un buen número de niños cuyo comportamiento agitado o disperso no es ya tolerado por sus maestros.

“No podemos negar que esta cápsula está muy ligada a la escolaridad”, confirma Marie-France Le Heuzey, siquiatra infantil y jefe de servicio del Hospital Robert Debré de Paris, establecimiento que ha sido pionero en la prescripción de Ritalin. “Pero no creo que haya sobreprescripción. Yo sólo lo receto cuando la vida familiar se ve perturbada”.

Eric Konofal, neuropediatra del hospital Robert Debré, especialista en hiperactividad, insiste en que “el Ritalin sirve para tratar el déficit atencional y permite a los niños escuchar mejor a su profesora. Sólo se les da a los niños que están bajo gran sufrimiento y permite a menudo suspender tratamientos sicotrópicos más fuertes y peligrosos. Con el metilfenidato nos planteamos en una óptica de prevención de las alteraciones del comportamiento. Hay que considerar que cuando el déficit atencional no es bien tratado y diagnosticado, puede conducir a los niños a catástrofes como el consumo de sustancias y problemas de conducta.”

Enfoque reduccionista

Otros especialistas se inquietan ante el aumento en la prescripción de sicoestimulantes y por lo que llaman un “enfoque reduccionista, centrado en los síntomas”. El neuropediatra Louis Vallee, jefe del servicio de neuropediatría del centro hospitalario universitario de Lille, estima que sólo un 10% de los llamados niños hiperactivos necesita Ritalin. Afirma que “el 90% restante sufre problemas educativos y sociológicos y su comportamiento es una reacción a su entorno”.

Claude Bursztejn, jefe de servicio de los hospitales universitarios de Estrasburgo, explica que “el problema es no tener como única respuesta un medicamento, en circunstancias que las terapias individuales o de grupo son la primera indicación”.

El Ritalin está en vías de trivializarse porque se le presenta como a la insulina para los diabéticos. Bernard Golse, siquiatra infantil del hospital Necker para niños enfermos de París, señala que “cuando se prescribe Ritalin, el misterio sigue vigente. Queda por aclarar el sentido que tienen las perturbaciones en la historia de cada niño”.

Según el profesor Golse “a la siquiatría se le pide hoy un truco muy simple, la robotización de los comportamientos”. Y si la mayoría de los siquiatras infantiles franceses continúan privilegiando un enfoque relacional en las alteraciones en el comportamiento de los niños, “el camino hacia la medicalización de los problemas síquicos queda pavimentado, es un movimiento mundial”, afirma el profesor Bursztejn.

© Le Monde

(The New York Times Syndicate)