Mís Noticias, Notas o Documentos Varios...

viernes, noviembre 25, 2005

Pearl Jam, un Fenómeno a 15 años de Irrumpir.

Al borde de lo inexplicable es lo que sucede con Pearl Jam. Extraño, porque se trata de una banda que vivió la cima de su fama hace más de una década. Sin embargo, anoche el quinteto de Seattle demostró que en el mundo del rock es posible prescindir de los rankings. ¿Dónde invierten entonces? En un show contundente, en el que interpretan su vasto material con total fidelidad a lo registrado en estudio. Parece el retrato de la rectitud y el cálculo, pero la balanza se desequilibra primero gracias a la épica voz de Eddie Vedder, aún plena; luego, gracias a la maestría de un baterista como el ex Soundgarden Matt Cameron. Pearl Jam recaló en todos sus clásicos y sin olvidar sus ya habituales homenajes a The Ramones y The Who. San Carlos respondió eufórico. Una parte de la historia rock reciente brillaba ante sus ojos. Una banda que aún confía en el hipnótico poder de manufacturar himnos con bajo, guitarra y batería. Ya se sabe, hay pocas cosas realmente nuevas y más aún en el rock de fines de siglo. El nihilismo, la rabia y el desaseo ya habían llegado con el punk. Entonces, ¿qué representó el grunge en la historia de la música popular?
------------------------------------------------------------------------------------------------

Pearl Jam llegó al país y el ambiente "grunge" se hizo notar, nunca con tanta fuerza, como lo fue hace una década atrás. En un país en que la demanda por los conciertos de rock es inestable e impredecible (todavía resuena la voz sarcástica de Mick Jagger ante un Estadio Nacional que había costado llenar para el concierto de los Rolling Stones en 1995: "Gracias por venir a experimentar", los organizadores han tenido que agregar una segunda fecha para un grupo de rock que claramente dejó de ocupar un rol importante desde más o menos esa primera y única vez en que vimos y veremos a los Stones por aquí. Más que intentar entender al veleidoso público nacional, quizás valga la pena preguntarse qué significó el grunge a casi 15 años de su aparición y qué valor tiene hoy la visita de Pearl Jam.

Somos sucios

"Grunge" quiere decir literalmente "sucio" o "desastrado". Y si se busca en algunos diccionarios, se encontrarán referencias a un "estilo de música rock que incorpora elementos de rock punk y rock pesado, expresando alienación y descontento". El sonido surgió principalmente en la esquina noroeste de Estados Unidos y se considera a la banda Green River como su primer exponente. Este grupo se formó en Seattle en 1983 y editó sólo un larga duración y tres mini-álbumes antes de disolverse en 1988. Pero en ese trayecto definió un sonido y se asoció con el sello Sub-Pop de la misma ciudad, que jugaría un rol fundamental en lo que estaba por venir. Del divorcio de Green River surgieron dos bandas que acarreaban el estilo, Mudhoney y Mother Love Bone. Esta última daría paso, a su vez, a Pearl Jam. Pero nos estamos adelantando.

Un profeta

Los íconos y profetas suelen venir con el pelo largo y barba. En otro tiempo y lugar llenaron pósters el Che Guevara y John Lennon. Los 80 fueron a todas luces tiempos carentes de profetas, pero la década de los 90 tendría a su propio héroe trágico en Kurt Cobain. Éste había formado una banda llamada Nirvana en 1987. El grupo fue fichado por Sub-pop, que editaría su primer larga duración "Bleach" en 1989. Con ello vendría la atención de sellos más importantes y de grupos como Sonic Youth, a quienes acompañarían de gira durante 1991. Poco después lanzarían "Nevermind" el disco que los haría famosos y que pondría la palabra "grunge" en la boca de todos y el rostro de Cobain por todas partes.

A los críticos de rock estadounidenses les encanta referirse a una tarde de comienzos de 1992 en que "Nevermind" destronó a "Dangerous" -el álbum "de regreso" de Michael Jackson- de la cima de los rankings. La culpable del éxito era principalmente una canción llamada "Smells Like Teen Spirit". Ésta comenzaba con un furioso riff de cuatro acordes en la guitarra de Cobain para luego pasar a una estrofa lenta y -antes del coro- repetir dieciséis veces la palabra "hello". Entonces -redoble de tambores- todo se ponía más agresivo y el cantante le pedía al mundo que apagaran las luces para que todo fuera menos peligroso, que los entretuvieran, que se sentía estúpido y contagioso. Y así fue. El mundo apagó las luces y el grunge estaba en las pantallas de nuestros televisores con unas porristas algo siniestras alentando a unos tipos desaliñados que tocaban con la guitarra a la altura de las rodillas.

Pero -ya se sabe- hay pocas cosas realmente nuevas y más aún en el rock de fines de siglo. El nihilismo, la rabia y el desaseo ya habían llegado con el punk. Y cosas como la mezcla de estrofa lenta y coro rockero habían sido convertidas en marca registrada por los más influyentes y menos populares Pixies. Entonces ¿qué representó el grunge en la historia de la música popular? Mirado con la distancia de los años, un encuentro entre el rock independiente (o "alternativo") que se venía produciendo en diversas partes de Estados Unidos desde mediados de la década de los 80, la gran tradición del rock anglosajón y el público masivo. En un momento en que las grandes bandas de rock eran muy pocas y más bien cargadas al lado del rock más pesado (Metallica) o con perfumes que no las hacían totalmente confiables (Guns N' Roses), el grunge trajo una especie de bocanada de credibilidad que todos podían respirar. Si bien la estética, los ideales y el contenido de las canciones transpiran una angustia demasiado adolescente como para competirle a otras épocas del rock, en el momento de su aparición no había nada que llenara ese vacío entre una tradición que ya parecía demasiado lejana y el presente. Y entonces apareció Cobain y el resto sería una historia más bien breve.

La Mermelada de Perla.

Casi simultáneamente aparecía Pearl Jam en Seattle, liderado por Eddie Vedder. Éste no tenía el carisma ni la pinta de Cobain, pero, precisamente por ello, se parecía más a quienes lo escuchaban, los que no tardaron en ponerse el gorrito de estibador portuario en la cabeza, la camisa a cuadros de leñador sobre el corazón y los bototos en los pies. El disco debut de Pearl Jam, "Ten", se publicó en Estados Unidos en 1991, pero no fue sino hasta el impacto de "Nevermind" en 1992 que comenzó a vender en grandes cantidades. A mediados de ese año era editado en Chile.

Y eso era Pearl Jam: la banda que al principio tenía un hit llamado "Jeremy" sobre la explosión de un niño que era molestado en el colegio. Sonaba fresco y distinto al resto del rock duro y el pop que se escuchaba por ese entonces. El disco traía también otras canciones con vocación de himno de estadio, como "Alive" o "Evenflow". El grupo se convirtió en una esperanza para muchos. Más aún cuando demostraba tener ideales con gestos como negarse a lanzar videos para acompañar su segundo álbum "Vs." (1993) o cancelar en 1994 una gira por una disputa judicial contra el gigante de la venta de entradas Ticketmaster -porque el grupo quería mantener las entradas al alcance de sus fans.

Su tercer álbum, "Vitalogy" (1994) fue recibido -al igual que los dos anteriores- con satisfacción por la crítica y el público. Pearl Jam era la banda más importante de Estados Unidos y podía darse lujos como editarlo primero en vinilo: un guiño a la "verdadera" tradición del rock. Su credibilidad creció también para algunos en 1995 cuando se asociaron con el legendario Neil Young para grabar un disco. (Young llegó a ser llamado -sin ironía- el "padrino del grunge"). Y eso fue más o menos todo lo que sucedió, porque ese mismo año la banda perdió su batalla legal con Ticketmaster, lo que afectaría en parte la capacidad de organizar giras. Y el siguiente disco, "No Code" (1996), espantó a la audiencia menos fiel y ninguno de los siguientes pudo recuperar totalmente la estrella o la atención.

Sin grandes giras ni discos que impactaran como antes, el último gran éxito de la banda fue -expresivamente- una versión del viejo y lacrimógeno tema de J. Frank Wilson and The Cavaliers sobre un amor que moría mucho antes de lo esperado, "Last Kiss". Y cuando una banda que parecía escribir canciones urgentes sonaba mejor haciendo un cover de 1964, su momento había pasado. Y con ello había muerto el grunge, aunque se podría decir que eso había sucedido un poco antes. El 5 de abril de 1994 Kurt Cobain se había pegado un tiro en la cabeza en su casa de Seattle. Su cuerpo no sería descubierto sino hasta varios días después por un electricista. Después de su muerte se lanzaría el disco acústico que Nirvana había grabado para la cadena MTV. Éste constituiría quizás el mejor testamento -sombrío y hermoso- de unos tiempos que intentaron ser sinceros y resultaron más frágiles y breves de lo que parecían; una época en que las noticias todavía se demoraban en llegar por estos lados, y los fenómenos no ocurrían simultáneamente como ahora.

Entre medio habían quedado imágenes imborrables como Cobain tocando su guitarra vestido de mujer, o los músicos de Nirvana reeditando con idiotez infantil la tradición instaurada tantos años antes por The Who de romper sus instrumentos al terminar la función, o una mofa graciosa a una aparición televisiva en la que debían doblar su grabación.

Entonces. Antes de terminar, quizás valga la pena recordar un poco cómo eran esos tiempos ya cerrados; cómo era Santiago de Chile cuando apareció el grunge. Veníamos saliendo de la Dictadura Militar y recién nos adecuábamos a una realidad, en que escuchar algun tipo de música (aparte de la que nos hacían escuchar los militares), los discos compactos eran todavía una especie de lujo importado (y el buen rock se conseguía en tiendas más bien especializadas), así como la mayoría de la música se copiaba y compraba en cassettes. No existía el MTV Latino y la televisión por cable todavía no se masificaba.

A ello contribuyó la aparición de la radio Rock and Pop, que vino a remecer el soporífero y anticuado paisaje radial. La escena musical nacional estaba bastante decaída, con Los Prisioneros en la primera de sus separaciones y la que sería la banda de la década, Los Tres, recién surgiendo. Internet no existía y algunos fanzines como Extravaganza! eran de los pocos medios locales para informarse de qué pasaba en el resto del mundo en materia musical. Chile no estaba en el circuito internacional de los grupos de rock independiente, por lo que nunca los habíamos visto en vivo.

Pero, quizás por todo ello, eran tiempos promisorios, en los que cada avance se sentía como un pequeño triunfo. Y el grunge fue parte de la banda sonora de esos momentos en que el país se abría y el mundo se hacía más pequeño, rápidamente. Ahora. Entonces, cuando la gente a la gente se le pregunta "¿ que vió en el concierto de Pearl Jam hace unos días atrá?", lo más seguro es que diga "a un grupo de rock que marcó un momento importante y emocionante a fines del siglo pasado." Y si escuchan con atención, podrán oír los ecos de un disparo lejano que parece recién haber llegado a estas costas, cuando el victimario, la escopeta y la víctima descansan hace largo tiempo en frío y en paz.

Misterio.

10 Comments:

Publicar un comentario

<< Home